Los incendios, otro grito de socorro del mundo rural

Eduardo Rojas Briales, Universitat Politècnica de València y Constanza Rubio Michavila, Universitat Politècnica de València

En los últimos unos días, diferentes incendios están afectando a una extensa superficie de España, con especial virulencia en las comunidades de Extremadura, Castilla y León y Galicia. A consecuencia del rápido y agresivo avance del fuego y la simultaneidad de los incendios, los sistemas de extinción se han visto superados, se han evacuado varios pueblos y muchos vecinos se han visto obligados a combatir las llamas con sus propios medios.

El mundo rural está sufriendo las consecuencias de estos incendios mal llamados forestales, dado que afectan también a zonas agrícolas como vimos, por ejemplo, en el incendio de Torrefeta i Florejacs a principios de julio en Catalunya y a la interfaz urbano-forestal en el más reciente de Tres Cantos.

Abordar el reto del fuego no es sencillo, y menos en un medio tan intelectual y afectivamente lejano y menospreciado como el rural. La soluciones más efectivas se encuentran en la prevención, pero, aunque sabemos que esta es siempre preferible a las actuaciones de urgencia –es decir, extinción–, en materia de incendios parece que este conocimiento se evade o, incluso, se invierte.

Falsos culpables

Centrarse en la causa del incendio, en la culpabilidad de las especies que habitan los bosques, y apostar por más represión –más medios de extinción– parece ser la solución mágica de bastantes que adoptarían la posición opuesta si de temas sociales o sanitarios se tratase.

Todo ello se aliña con el argumento climático, tan incuestionable como estéril dado que por el mero hecho de apelar al mismo no se soluciona el problema. Aquí y ahora, somos responsables de abordar los problemas presentes en territorios concretos. Por mucho que avancemos en la transición energética, nos quedan lamentablemente muchas décadas con un clima complicado por delante.

El cambio climático no es la causa del reto de los incendios, sino que los exacerba y los hace más virulentos. Con un clima como el de hace cuatro décadas, la densidad de la masa forestal, su continuidad horizontal, la falta de accesibilidad y su estado de manifiesto abandono en un territorio prácticamente deshabitado serían ya una tremenda irresponsabilidad. Recordemos que los bosques han crecido en España en menos de 50 años un 62 % en extensión y un 338 % en biomasa acumulada y ocupan actualmente casi un 40 % del territorio.

Una nueva mirada al mundo rural

Solo hay una solución, que pasa por crear paisajes mucho más resilientes recuperando la gestión forestal, la ganadería y la agricultura extensivas, así como la población en las zonas que el éxodo rural ha desangrado. Esto requiere cambios substantivos en la forma en que se asignan los presupuestos públicos, en la que se reconocen derechos de propiedad más allá de la tenencia habitual también a los servicios generados, en la que se planifican las infraestructuras y en la que se trata al medio rural superando toda inercia de tutela paternalista.

Hemos utilizado el medio rural casi siempre de forma gratuita para cualquier necesidad de la población urbana sin mínimas contraprestaciones. En él se ubican, por ejemplo, los aerogeneradores, los parques solares y los vertederos. Alojan los embalses, que han sido clave para el suministro eléctrico y de agua de regadío y potable. Ahora que las concesiones eléctricas de estos se extinguen, ¿por qué no cederlas a los municipios donde están ubicadas?

Incendio en la provincia de Ourense, agosto de 2025.
Guardia Civil

¿Nos hemos parado a pensar por qué las piernas de un futbolista conocido valen mucho más que los presupuestos forestales de una comunidad autónoma? ¿Por qué si los bosques españoles secuestran el 20 % de las emisiones de CO₂, este servicio clave para alcanzar la neutralidad en carbono no comporta retorno alguno para los dos millones de familias y las más de las pequeñas 3 000 entidades locales propietarias de montes?

La Unión Europea se dedica a restringir innecesariamente la gestión forestal sin competencias formales para ello. Sin embargo, impide que los bosques entren más allá que de refilón en la PAC cuando su aportación en términos de servicios ambientales y vertebración de las zonas más remotas y despobladas de su territorio supera con creces a la agricultura, que obviamente también merece apoyo, pero no en la proporción actual de 99 % a 1 % respectivamente.

Beneficios que van más allá de prevenir incendios

Si recuperamos la gestión proactiva del territorio no solo ahorraremos en incendios, sino que tendremos más agua en ríos y embalses, más bioproductos neutros en carbono (madera, corcho, esparto,…), menor concentración de la población en las metrópolis, un patrimonio rural mejor conservado y unos alimentos mucho más saludables.

La ciencia nos confirma que las zonas formalmente protegidas se queman más. Por ello, no debemos pensar que una protección formal legal ya comporta de por sí la preservación de un entorno para prestar mucha más atención a su estado real y el de las poblaciones que allí desarrollan su proyecto vital. La investigación en los trópicos ha demostrado que allí donde se empodera a la población local, los bosques se preservan mejor.

Para superar este reto necesitamos solvencia y compromiso y no más ocurrencias que solo contribuyen a agravar el problema. Y para ello hemos de ser conscientes de que los incendios solo son la punta del iceberg del irresponsable abandono del 70 % del territorio español que como sociedad hemos perpetrado sigilosamente durante los últimos 70 años.The Conversation

Eduardo Rojas Briales, Profesor permanente laboral; ciencia e ingeniería forestal (selvicultura, repoblaciones, infraestructuras verdes, gobernanza, cooperación, recursos forestales globales, incendios, Universitat Politècnica de València y Constanza Rubio Michavila, Catedrática de Física Aplicada y Directora de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural, Universitat Politècnica de València

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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Author: viajes24horas

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https://republicadominicana24horas.com

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